domingo, 12 de julio de 2015

Hombres y mujeres, niñas y niños, ... ¿presidentes y presidentas? 2ª Parte

Bueno, nos ha costado un poquito más de lo que debería, pero todo es por una buena causa. Ojalá esta demora traiga consigo buenas nuevas. 

Bien, por fin volvemos a la carga con la segunda parte de esta explicación. A modo de repaso, os recuerdo con qué ideas teníamos que quedarnos en la entrada anterior:

  • Sexo género son dos cosas muy diferentes: el primero es biológico; el segundo, gramatical. 
  • La lengua no es sexista ni machista, es un instrumento gramatical en el que el hombre no puede ni debe interferir, porque su evolución depende directamente del uso.
  • El femenino es el término marcado en la declinación y en los sustantivos. 

Así pues, hay que tener en mente la diferencia entre el género natural y el género gramatical, el hecho de que la lengua no es sexista, y que el femenino es el término marcado. 

Ahora bien: ¿qué significa eso de marcado y no marcado? En terminología lingüística, para explicar cómo funcionan los fenómenos de la lengua, a partir de una corriente denominada estructuralismo se comenzó a hablar de los términos marcados y no marcados en la lengua.

Su funcionamiento es el siguiente: todos los elementos de la lengua (categorías, palabras, morfemas, etc.) están caracterizados por uno o varios rasgos que los distinguen del resto. En la última entrada poníamos el ejemplo del género: cuando la lengua necesitó distinguir entre masculino y femenino, se "entregó" a los sustantivos femeninos el rasgo femenino, marcándolos, mientras que el masculino quedó como no marcado. La norma lingüística es que los términos no marcados tienen un doble funcionamiento: pueden aparecer por su rasgo propio (en el caso del masculino, referirse a un elemento masculino) o bien pueden aparecer por otro rasgo suyo que es ser indiferentes a ese rasgo  y en ese caso pueden funcionar también como el género marcado (es decir, como "valeparatodo").

Os pongo un ejemplo:

Alumna es un sustantivo femenino y, por tanto, marcado. Como hemos visto, solamente puede funcionar como femenino.

Alumno es un sustantivo masculino, ergo, no marcado. Como hemos visto, al ser no marcado, puede funcionar con su propio rasgo (masculino) o ser indiferente.

En el caso del singular, el rasgo indiferente nos da igual, puesto que solo puede ser masculino. El problema viene con el plural:

Alumnas es un sustantivo femenino y marcado, así que solo puede indicar referentes femeninos.

Alumnos, por masculino, es no marcado, así que puede funcionar con su rasgo: se refiere a seres masculinos, pero también puede funcionar como indiferente y englobar femeninos.

Y he ahí el quid de la cuestión. El plural de los sustantivos animados masculinos puede abarcar femeninos por una cuestión de funcionamiento puramente lingüístico. Aquí no entran cuestiones como el sexismo, la igualdad, la lucha de géneros, etc. Esto es tan sencillo como que el masculino plural puede englobar al femenino a nivel lingüístico.

Se puede decir, por tanto: "Los alumnos de 4º fueron de excursión", y eso no significará que las alumnas se quedaron en clase. "Las alumnas de 4º fueron de excursión", sin embargo, sí deja a los chicos fuera.

Solamente quedaría una cuestión por debatir, que ya anticipé en la entrada anterior. ¿Cómo podemos saber el género de un sustantivo? La RAE nos lo decía: mediante la concordancia. Ahora bien, mucho ojo: tenemos que concordar el sustantivo con un adjetivo que diferencie masculino y femenino (o con el artículo).

"Mar azul" no nos soluciona nada. "Mar calmada" sí. Pero "el mar" también. Por eso os decía que era más complicadete. ¿Alguna idea de por qué mar tiene dos géneros?

Esa os la dejo para vosotros. De momento, espero que haya quedado un poco más claro por qué decir "Los alumnos y alumnas de 4º se fueron de excursión" es un exceso lingüístico que empobrece el lenguaje y demuestra, no intención de igualar los sexos -que eso es más difícil y supone meterse en otras cuestiones-, sino poco conocimiento de nuestra lengua.

Si tenéis alguna duda, preguntadme en comentarios con toda confianza.

Nos vemos pronto,

S. 

4 comentarios:

  1. Me gustó mucho el artículo y la explicación (también la parte 1) pero discrepo en un detalle:

    "La lengua no es sexista ni machista, es un instrumento gramatical en el que el hombre no puede ni debe interferir, porque su evolución depende directamente del uso."

    Precisamente como herramienta de comunicación, en mi opinión el hombre puede, y debe, si así lo estima oportuno, intervenir y/o guiar su evolución teniendo en cuenta que la sociedad y los problemas que ella presenta son cambiantes también.

    Ahora bien, en lo que estoy completamente de acuerdo es que al final el uso es el juez de lo que se queda y lo que se va, y por muchas guías de estilo que se escriban, intentando encauzar el río del idioma, al final el agua fluye por donde le place ;) Como creo haber entendido de lo que explicas, en determinado momento del indoeuropeo se decidió distinguir los géneros mediante terminaciones. Nada nos impide hoy en día querer restringir el uso del masculino y eliminar su uso de indiferente. Otra cosa es que el intento se quede en eso, un intento,

    Por otro lado, si la sociedad se estuviera volviendo estúpida o dócil y siguiera los dictados de dichas guías de estilo, ¿quién seremos nosotros para decir "eso está mal" si el uso se generaliza?

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    1. El problema de la intervención en la lengua son los motivos que guían dichas intervenciones. Pero, como tú mismo señalas, al final es el uso. Querer cambiar algo por motivos sociales y/o políticos es difícil (casi imposible), porque la lengua tiene sus propios motivos, como la economía lingüística. Tener que decir "Hemos aprobado a todos los alumnos y todas las alumnas" en lugar de "Hemos aprobado a todos los alumnos" supone utilizar cuatro palabras más, y el hablante y la lengua tienden a la simplificación. Ese es el problema.

      Además de que, en este caso concreto, creo que los problemas de los comportamientos sexistas e injustos no están en la lengua, sino en todo lo demás. ¿Qué más da que digamos "Todos los empleados de esta empresa son buenos", incluyendo a las empleadas, si después estas cobran menos por su trabajo? ¿Si después las despiden por quedarse embarazadas?

      Pero eso es otra historia, claro. Con respecto a la lengua, que es lo mío, sí puedo decirte que lo del indoeuropeo no fue una decisión como tal, sino una evolución de la lengua. Y hay que tener en cuenta que el indoeuropeo sigue siendo una hipótesis, con lo que ni siquiera tenemos datos fehacientes que documenten dicha evolución. Lo que dudo mucho es que sea una "decisión" como lo de intervenir en el masculino, que comentas.

      Y si la sociedad se estuviera volviendo estúpida y siguiera dichos dictados, nosotros somos los profesores, precisamente, los que tenemos que enseñar qué es lo correcto y corregir esos desvíos. El uso puede que mañana nos desdiga, pero a día de hoy es nuestra obligación moral e intelectual. O, al menos, es lo que yo opino. Y seguiré enseñando a conocer el buen uso de masculino y femenino, para que lingüísticamente no cometamos injusticias. Las que no son lingüísticas tengo la esperanza de que se arreglen, pero esa educación se la reservo a mis hijos :)

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  2. Hola Sara, soy Lucía (del grupo de opos fb). Me ha gustado mucho esta entrada, porque estoy cansada de leer y escuchar a FILOLÓGAS con lo de "alumnos y alumnas" y me pongo enferma.

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    1. ¡Hola, Lucía! Personalmente es que reniego de ello como del demonio. Así que a luchar :D

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