viernes, 25 de mayo de 2018

Entrevistamos a... Carlos Sisí con su recién publicado Nigromante


En la idea de dar voz a la literatura de género en nuestro país a través de sus creadores (autores, ilustradores, editores, libreros, etc.), hoy le hemos robado un poquito de tiempo a alguien que apenas necesita presentación entre los aficionados a la literatura de terror patria. Tras la publicación en 2009 de su primera novela, Los Caminantes, Carlos Sisí se ha convertido en una figura esencial en la divulgación del terror nacional con la saga del mismo nombre, que cuenta ya con cinco volúmenes, ha jugado con la ciencia ficción en la novela ganadora del Premio Minotauro 2013 Panteón y, en cierto modo, en La hora del mar, e incluso con las fuerzas paranormales en Alma y Vienen cuando hace frío. Minotauro acaba de publicar la que será su próxima novela: Nigromante, con la que entra de lleno en la literatura fantástica, así que le hemos convencido para que nos cuente cosas secretas y misteriosas que se ocultan entre sus páginas.

Muchas gracias por dedicarnos un poquito de tu tiempo, Carlos, y bienvenido al blog :D la Por fin hemos llegado al día de publicación de tu próxima novela, una novela que no solo es especial por su contenido y creación, donde has jugado con nuevos estilos y nuevas voces, sino también porque viene ilustrada por el gran Tomás Hijo. ¿Cómo explicarías a un nuevo lector qué es Nigromante? ¿Qué encontraremos entonces en la novela? Muchos están adquiriéndolo estos días y probablemente nadie la haya leído todavía. ¿Te ha llegado algún comentario?


Carlos: Oh, Nigromante es, sobre todo, la historia de un viaje. Unos campesinos cuya cosecha se ha visto afectada deciden viajar no muy lejos al Norte para enfrentarse a un hechicero que se ha asentado en sus tierras y está poniéndolo todo perdido de magia (risas). Hay un misterio, o dos, relacionados con los Antiguos (los restos de nuestra civilización futura), y en el motivo por el que el Nigromante ha decidido acuartelarse en Entrerríos. Hay muchas sorpresas, hay lugares peligrosos y latentes que despiertan, y personajes inesperados. Cuando los personajes encuentran cosas de nuestra época no se utilizan nunca descripciones modernas de las cosas; por ejemplo, un cable nunca es un cable, es una liana negra de tacto suave y muy flexible. Eso hace que acompañar a los campesinos en su viaje tenga un cariz especial, como visto por sus ojos. Estoy seguro de que muchos de los personajes, como Zarko el Viajero o Baladar formarán parte del bagaje fantástico que se queda en la mente cuando cierras el libro, o eso espero y deseo :) En cuanto a los comentarios, ¡por ahora sólo hay fotos! Imagina qué estrés. Una chica lleva un día leyendo y ha puesto un misterioso pero tranquilizador  “Es tan...”, seguido de un icono de una sonrisa babeante. Me hace pensar que lo está disfrutando. Toda esa lectura repentina y conjunta de tantos lectores crea una especie de efecto onda que, de alguna manera, me gusta pensar que puedo sentir, de alguna manera sobrenatural. ¡Pero esas son el tipo de cosas que digo que hacen levantar la ceja a más de uno! (risas).

La novela es un giro de 180º en tu forma de escribir y en los géneros en los que sueles moverte. ¿De dónde surgió la inspiración para escribirla? ¿Cuáles han sido tus principales influencias?

Carlos: Supongo que era inevitable [escribirla]. He leído mucha fantasía, y he viajado por ella a través de otros medios también: hablo de juegos de rol, películas, videojuegos, por supuesto. Tengo la cabeza entrenada para la fantasía, desde Moorcock a Ende, por poner dos ejemplos dispares. Sin embargo, mi mayor influencia ha de ser y ha sido siempre Tolkien. Leí El Señor de los Anillos con 14 años (El Hobbit lo leí después) intrigado por las cosas que me contaba mi hermano cuando me hablaba de los orcos, la Ciénaga de los Muertos, Mordor. Los nombres de los lugares eran como explosiones en mi cabeza. Cuando finalmente me enfrenté a su lectura, descubrí una semilla que no me ha abandonado desde entonces. Admiraba y admiro la hermosa prosa de Tolkien. Quería que mi historia tuviera las cosas que amo en él, el poso que su creación tuvo en mí. Sin embargo, es fácil y tentador incluso perderse en un mundo de propia creación. No quería... crear familias de razas, complicados linajes, historias de reyes altivos con un mundo segmentado por su poder. Para eso, supongo, tenemos Juego de Tronos. Así que pensé en una historia más intimista. Cogí a unos campesinos que viven muy apartados del mundo “civilizado” y les planteé problemas pequeños que van creciendo a medida que la historia progresa. Ese es un truco que utilicé en Panteón: hacia el final del libro la historia se “abre” y te muestra que los protagonistas viven en un mundo muy extenso y rico, y se mencionan lugares, mundos y circunstancias que completan los huecos de esa historia mínima sobre personas sin importancia con problemas cotidianos. NIGROMANTE está ambientada en una edad del hierro paralela, sí, pero es también un “súper-futuro”, muchos, muchísimos años después de que nuestra futura civilización se haya perdido. No se recuerda mucho de nosotros, o de nuestros restos, pero quedan cosas, lugares e historias, que considero que enriquecen la historia.

Por si este no fuese suficiente cambio en tu vida literaria, tu próxima publicación vuelve al terror, pero se olvida de tu monstruo de cabecera, el zombie, para subir en el escalafón social del miedo y hablar de vampiros. ¿Qué nos puedes adelantar de esta novela que ya tiene cautivado a todo el mundo en las redes sociales? ¿Por qué esa vuelta al chupasangres?
Imagen y título de la novela, montaje del autor












Carlos: Siempre me ha gustado el vampiro. No tanto el vampiro romántico de alta alcurnia, atormentado en su castillo distante, sino el vampiro de Stephen King con pantalones vaqueros y camisa ajada que duerme en el sótano de su casa. Pero tenía el recuerdo de Salems Lot en la cabeza, que leí también con 14 o 16 años, y pensé que, sencillamente, no había más que aportar al género porque mi percepción del vampiro era la misma que la de King. Hace relativamente poco, sin embargo, volví a leer el libro, después de muchísimos años, y me di cuenta de que las alucinantes conversaciones con el “vampiro maestro” que yo recordaba como explosivas, ya no lo eran tanto. El vampiro ha evolucionado mucho con el tiempo, se ha jugado con su concepto y se ha visto enriquecido por mil aportes distintos. No solo por libros, sino, y otra vez, por series, películas, etcétera. Así que finalmente vislumbré un hueco para aportar algo. Era complicado porque corría el riesgo de hacer un “Caminantes con zombis”, pero dibujé bastantes esbozos de lo que serían las premisas de la novela en posts de Facebook y tuvieron una acogida muy cálida, e inspiradora. Cuando pregunté a mis seguidores que si realmente querían una novela de vampiros, hubo dos mil “me gusta” y un montón de entusiastas comentarios llenos de GANAS. Como siempre digo, las ganas son contagiosas. Empecé a crear mi historia, a formular los orígenes de mis vampiros y el motivo de su existencia, y la novela salió sola. ¡Hacía mucho tiempo que no disfrutaba tantísimo! Hay unas reglas propias, con cosas prestadas de la mitología clásica de los vampiros, y otras de mi propia cosecha. Ahí nacieron Elexia y Melkiades, que son unos vampiros antiguos con mucha capacidad y un plan maestro para someter a los humanos de una vez por todas. Me resultó intelectualmente agotador hacer pensar y hablar a una mente que tiene unos 3.000 años. Lo que ellos dicen en un momento requería días o semanas de reflexión, para asegurarme que tocaba todos los parámetros que alguien con tanta historia puede considerar de forma natural Al final, en unos seis meses tan sólo tenía unas buenas 700 páginas, y considero que es una buena historia de vampiros, llena de conceptos suficientemente nuevos, y para mi criterio y gusto personal, bastante potentes. A estas alturas está bastante claro que serán al menos dos libros.

No podemos dejar de hablar de monstruos sin lanzarte una pregunta que todo fan de tus caminantes se estará haciendo. ¿Habrá otra entrega de nuestros amigos los supervivientes de Carranque? ¿Cuánto más vamos a saber de su historia?

Carlos: Habrá un sexto y, esta vez creo que de forma definitiva, último episodio de los Caminantes, con la conclusión final. Hay muchas preguntas y arcos abiertos. Pero necesito todavía un poco de tiempo... Escribo novelas con lo que sea que tenga en mente. Supongo que es como un impulso creativo. Si veo una historia de piratas delante y empiezo a obsesionarme con ella, no creo que sea bueno dejarla a un lado para hacer algo diferente. Creo que los lectores sabrán perdonarme unos años de espera, porque cada creación de historias, como la lectura de un libro, tiene su momento.

Hace poquito jugabas con las esperanzas de los lectores en twitter publicando una foto del adorable Midnight, otro de tus proyectos literario-artístico que, junto con Historias con Alma, une texto e imagen en formato cómic. ¿Volveremos a ver y leer más aventuras del caballero azul? ¿Y de nuestros adorables fantasmitas?

Carlos: Era más bien nostalgia. El proyecto de la segunda parte de Midnight está, triste y honradamente, bastante parado. Si he de ser sincero, a estas alturas no creo que vea ya la luz. Al menos diré eso de manera oficial. Si finalmente ocurre, bueno, ¡será una agradable sorpresa para mí y todos los que cogieron cariño a Knight! Es una pena porque el dibujo del volumen dos era sensacional, una mejora abrumadora en cuanto a los esfuerzos tempranos de su dibujante, Ittai Manero. En cuanto a Historias con Alma, es posible que este año tampoco haya un tercer volumen, pero seguramente sí el siguiente. El problema es el tiempo. Últimamente me he quedado sin él, y hacen falta unas 250 tiras para recopilar un volumen. Si no haces una al día, cuando llega final de año, sencillamente no hay material suficiente. Y como en el caso de Los Caminantes 6, son cosas que prefiero no forzar. No puedes ponerte un par de meses antes a hacer tiras como loco porque no saldrían bien. No tendrían la reflexión, mimo y poso suficiente.

Antes de despedirnos, nos gustaría preguntarte qué es lo que tienes en el tintero. Siempre te has caracterizado por ser un escritor muy prolífico, con una desbordante creatividad, por lo que no nos cabe duda de que, tras magia oscura y vampiros, llegará algo nuevo y diferente. ¿Qué nos puedes adelantar? (Las albóndigas del soborno llegarán en los próximos días…).

Carlos: ¡Ah! La verdad es que estoy bastante entusiasmado con un proyecto, pero... por el momento no puedo contar mucho. Estoy documentándome todavía, leyendo mucho sobre esa época histórica para meter mis componentes de ficción, y aprendiendo muchas cosas. Hasta tengo, por primera vez, un cuaderno amarillo donde garabateo datos. Escribir sobre periodos históricos es como escribir con un corsé, tienes que ajustarte no solo a los hechos que ocurrieron, sino a una forma de sentir, de pensar e incluso de hablar, que hace tiempo que se ha perdido. Vamos cambiando, y no lo notamos, pero incluso mi madre que tiene ahora 86 tiene una forma de pensar diferente a la que vivimos ahora. Incluso un humor diferente.

Con este misterio, del que esperamos saber más en los próximos meses, nos despedimos de Carlos Sisí. Muchas gracias por tu tiempo y por todo lo que nos has contado. Nos vemos en Entrerríos :)

S.

domingo, 13 de mayo de 2018

Las tres muertes de Fermín Salvochea

Esta navidad, en previsión de que iba a tener mucho tiempo para leer en los siguientes meses (y de que nadie iba a regalarme nada porque bebé), encargué a Papá Noel y los Reyes Magos varios libros de géneros diversos de los que, curiosamente, solo uno era de un autor varón. Ya lo he comentado alguna vez, y es que este año, a raíz del movimiento de #Leoautorasoct, me he encontrado leyendo obras de mujeres por una mezcla de casualidad y causalidad que ha dado lugar a opiniones como esta

Nunca me había planteado nada sobre el sexo o género de quien escribía las novelas que me he echado a la espalda a lo largo de mi vida, pero cierto es que el mercado sí preselecciona, y que las mujeres ocupan un segundo plano (o, al menos, lo han ocupado) con respecto a sus compañeros literatos, así que, sencillamente, desde hace unos meses para acá en casa entran muchas más autoras que autores (de hecho, en mi siguiente pedido, el patrón se repite: cuatro libros, tres autoras y un autor). Y no se trata de una cuestión de discriminación positiva, ojo: la realidad es que son libros con los que me he topado y que estoy deseando leer, como podrían serlo otros. 

El caso es que, estando en casa desde Navidad, no he terminado de leer el susodicho libro hasta después del parto (ooooooooooooooh..., hay vida después del parto. Pero poca). Lo empecé dos veces, porque le tenía muchas ganas y, además, las opiniones en RRSS lo ponían por las nubes, pero me daba la sensación de que el nivel de exigencia intelectual por su narrativa iba a ser alto (bienaventurados aquellos libros cuyas frases tienen más que un sujeto, verbo, CD) y mi neurona de preñada no era capaz de seguirle el ritmo, así que lo dejé. Dos veces. También lo he dicho mucho: el timing, esa elección del momento justo, es esencial, y los libros deben llegar cuando deben llegar, ni pronto ni tarde. Como los magos. 

La novela en cuestión es Las tres muertes de Fermín Salvochea, de Jesús Cañadas, publicada en Roca Editorial. Es lo primero que he leído del autor, así que no puedo juzgar su escritura ni su estilo más que por esta obradear novela, que me ha fascinado de principio a fin. 

La novela comienza así: 



En marzo de 1873, recién instaurada la Primera República, Fermín Slavochea tomó posesión del cargo de alcalde de Cádiz. Siguiendo su espíritu anarquista, adoptó una serie de medidas polémicas que le granjearon la simpatía de los pobres, al tiempo que la animadversión de las clases pudientes y del clero. Una de esas medidas fue el desahucio del Convento de la Candelaria. 

Esto es Historia. 

El resto de lo que contienen estas páginas podría no serlo




Inmersa entre sus páginas y cautivada desde el mismo inicio, me ha resultado una obra muy difícil de clasificar por lo fascinante de su composición. Como diría Shrek, es una obra-cebolla, porque tiene muchas capas. Y la urdimbre de todos esos niveles, tan distintos y distantes, es lo que le otorga calidad a una novela que se encuentra a medio camino entre la histórica y la fantástica, aderezada con aventuras y tintes policíacos que, como dice Antonio Torrubia en la recomendación de la contra, la convierten en un "tour de force a caballo entre Los Goonies y Penny Dreadful". 

Para mí, de todos ellos, quizás el nivel más relevante sea el histórico. El trasfondo que Cañadas emplea y recrea no solo es verosímil, sino que nos traslada en cuerpo y alma al Cádiz de finales del XIX y principios del XX. Recuerda a grandes novelas históricas de tiradas nacionales, traducciones internacionales y superventas (y sorprende que esta novela aún no haya alcanzado tales cotas), con un tono profundo, potente y muy bien documentado, hasta el punto de incluir un glosario de términos gaditanos que ayudan a entender mejor el deje del sur que tienen los protagonistas. 

Directamente entroncadas con esa realidad castiza de nuestro Cádiz decimonónico están las pequeñas perlas escondidas que el autor va dejando en boca de personajes como Candela, con sus incipientes críticas a un machismo y a una sociedad patriarcal que aún perdurará muchas décadas más en el tiempo, sus críticas (y también de Bigote) a una Iglesia anclada en el pasado que no ostenta más que pecados disfrazados de beatería, y las quejas de una sociedad que avanza hacia el capitalismo, cínica e hipócrita, donde el rico desprecia al pobre y olvida que la muerte no hace diferencias según el dinero que hay en la bolsa. 

De este modo, el elemento histórico, que debería funcionar como trasfondo, como el escenario donde se desenvuelven los memorables personajes de la novela, se convierte en un personaje más, un Cádiz con personalidad propia cuya historia despierta el interés del lector al margen de la intriga que ocupa el centro de la scaena y la luz de los focos. 

A medida que iba avanzando en la lectura, me costaba creer que el elemento fantástico fuese cobrando tanta importancia y, al mismo tiempo, se fuera fusionando con la realidad hasta hacernos pensar que cuantos acontecimientos se nos narran han llegado directamente de los libros de historia. Unos libros que han decidido ocultarnos que, entre nuestros ilustres figurantes, se encuentra una especie de Van Helsing español o, más correctamente hablando, un nuevo Abraham Lincoln Cazavampiros afincado en suelo patrio. 

Y no puedo cerrar esta reseña sin hablar del drama humano de los protagonistas, unos chavales que rozan la adolescencia y que, sin quererlo, se verán obligados a saltársela de golpe, madurar y enfrentarse a la vida adulta antes de tiempo. Sebastián, Candela, el Pani y Julieta nos mostrarán el mundo a través de unos ojos aún ingenuos, pero teñidos de cruda realidad, y se convertirán en guías y compañeros hasta el final. El final. 

Leed hasta el final. Porque el ritmo irá aumentando y, cuanto más avancéis, tanto más os costará dejar de leer y quedaros con la intriga de qué vendrá después, qué pasará, quién y cómo y por qué. Mención especial a Edgardo Poe & Cía, cuya historia personal me ha generado curiosidad y me ha dejado con las ganas de saber si había más detrás de su figura. 

Sin duda una novela recomendable y un acierto en composición y escritura. De cabeza a mis favoritas. 

S.